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Samivel
Para algunos, la esencia del idealismo poético de la montaña, o del alpinismo, está representado por unas postales que se pueden ver en los veranos en todos los quioscos de Chamonix. Son unas evocadoras y suaves acuarelas llenas de ironía y de luz; en ellas se ven vertiginosas y finas aristas de blanca nieve, en donde descubrimos una traza regular de pisadas que nos lleva a una puntiaguda cumbre, y sobre ella, distinguimos a un par de personas que contemplan el mar de montañas que se extiende bajo sus pies hacia el horizonte.
El artista que realizo estas pinturas se llamaba Samivel; nombre artístico de Paul Gayet-Tancrède. El seudónimo lo tomo de la obra de Charles Dickens Los papeles póstumos del Club Pickwick. Samuel, Sami es el criado en dicha obra, una especie de Sancho Panza irónico y con humor inglés.
Samivel nace en 1907 en Paris y muere en 1992 en Grenoble, pasa la mayor parte de su vida cerca de las montañas en la zona del Mont Blanc.
Su pasión por esos límites, de los que nos habla, le hace primero vivirlos escalando esas cumbres para disfrutarlas. Y que después toda su obra artística este relacionada con el mundo de la naturaleza y las cumbres, aunque en menor medida también aborde otras temáticas. Toda esa pasión la transmitió de todas las maneras posibles, fue: novelista, ensayista, poeta, ilustrador, fotógrafo, cineasta, explorador y conferenciante. Aunque hoy en día su fama esta relacionada principalmente con sus acuarelas de temas alpinos.
Amante de la montaña, y de su protección, su primera labor artística fue representar aquello que más le atraía, así hizo multitud de ilustraciones de todo lo que veía en sus salidas, pasando más tarde a crear historias largas; comics o historietas. Con ello empezó a ser conocido y así también pudo trabajar en la realización de ilustraciones para libros de escritores, principalmente franceses; Villon, Rabelais, Fontaine, Daudet, Swift, etc.
Su faceta de escritor le vino supeditada a sus ilustraciones, puesto que empezó a escribir para contar historias ilustradas y después ya paso a expresar sus ideas solo con las palabras, realizó ensayos, artículos, novelas. A partir de 1940 su labor será copiosa; siempre, salvo en algunos casos puntuales, toda su obra escrita también girara alrededor de temas relacionados con la montaña. Desde investigaciones de mitos antiguos, hasta ideas políticas o ecológicas. Fue nominado al premio Goncourt por una de sus novelas: El loco de Edenberg.
Pero, como para todo ben alpinista, el mundo era pequeño para él y en 1948 partió formando parte de la primera expedición francesa a Groenlandia. Allí participo en la realización de diversos filmes documentales. A partir de aquí sus viajes serán constantes, para ir descubriendo ese mundo natural que tanto le apasiona; el oro rojo de Islandia, las arenas africanas, los misterios de Egipto.
Toda su obra se desarrolla en el umbral de la búsqueda del paraíso perdido; nos señala otro mundo más allá, en las regiones inaccesibles. En sus dibujos, en sus escritos, intenta ayudarnos a tomar conciencia del espacio de sueños de nuestro interior; hablar sobre nuestra libertad, sobre la soberanía del mundo natural, sobre la pureza de las cumbres nevadas. Samivel poseía una casa en Les Contamines, al pie de los Domes de Miage, donde vivió muchos años, él pidió a sus familiares y amigos que después de su muerte sus cenizas fueran dispersadas por esas montañas que tanto amaba. “El tesoro escondido en el fondo de la soledad, es la medida simultanea de la insignificancia y la grandeza” Le fou d´Edenberg.