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Kurtyka

¿Qué es un alpinista? ¿O qué tiene que ser? ¿Cuáles son sus destrezas, sus maestrías? ¿Qué es lo que dejará tras de sí? Actualmente estamos en un mundo donde se desmiembra totalmente al ser humano para saber cuales son sus piezas, ver como funciona hasta el último rincón de la maquina del organismo. Hoy en día existen centros de tecnificación para deportistas, programas de entrenamiento de toda índole y búsqueda de nuevas promesas desde la más tierna infancia. Como en otros deportes en la montaña también se buscan los ingredientes fundamentales del atleta. Una posibilidad de futuro alpinista podría ser:

En primer lugar tendrá que ser un buen escalador en roca. Por ejemplo abrirá y realizará vías de escalada deportiva a un nivel de 8a/8a+. Como todo aquel que se aparta de la norma dejara un sello manifiesto de la modalidad deportiva a la que pretende, por ello realizara una vía en solo (sin cuerda) de 7c+, por supuesto un itinerario largo y que la dificultad no este en los primeros metros. Este escalador, además, demostrará su amplia visión aportando algo novedoso a este deporte, como por ejemplo una nueva graduación de la escalada en roca. En sus montañas natales, o más cercanas a su lugar de residencia, tendrá su terreno de juego para poner en practica todas las técnicas del mundo alpino. Abrir nuevas rutas de VI/A3, o en libre. Después vendrán las invernales, primero repitiendo y después abriendo alguna vía. Siempre marcando una diferencia con las vías que no aportan nada: las desmedidamente o mal equipadas, las de una dificultad repetitiva, las realizadas con horarios o materiales excesivos, las que cruzan y retocan itinerarios ya abiertos, etc. Y con el tiempo saldrá de sus montañas y repetirá alguna gran ruta europea, por ejemplo en el Troll (Romsdal, Noruega). Pero como siempre innovando, en este caso podría realizar la primera invernal. Para después pasar a abrir nuevas rutas en las paredes míticas de los Alpes como en la cara norte de las Grandes Jorasses o en el Dru. Con este bagaje adquirido se dedicara a recorrer las cordilleras del mundo, principalmente Himalaya y Karakorum. Sus premisas estarán ya claras y serán férreas: abrir vías, siempre en estilo alpino, con minimalismo en cuanto a equipamiento, y grupos de compañeros pequeños y sin soporte exterior. No importará el tamaño de la montaña lo que se buscara será la ruta "el camino de la montaña" que dirá él, puesto que ya habrá escrito algún artículo como; "La pared resplandeciente" o "El arte del sufrimiento". Escalará con franceses, suizos, japoneses, italianos, polacos, ingleses, alemanes, americanos... Abrirá vías a montañas de seis, siete y ocho mil metros. Como la inauguración de dos vías a dos ocho miles distintos en la misma temporada. Pasaran, por ejemplo, treinta años y nadie habrá repetido sus vías. Esa elite futura será incapaz de estar a su altura, y no digamos ya nada de los famosos mediáticos que sólo serán sombras chinescas. Y por supuesto tendrá que realizar una actividad de tal envergadura y carisma que quedara en los anales como una de las diez rutas claves de la historia del alpinismo. Este futuro miembro de la elite de las montañas, poseerá una estricta ética que jamás descuidara para no caer en la tentación de lo banal y fácil, una honestidad sin límites para no añadirse jamás nada que no haya hecho, y la humildad suficiente para desdeñar la fama, y hablar y escribir lo justo: "La esencia de la aventura es colocarse en una posición desconocida desde la cual no sabemos que sucederá". Este proyecto futurista del de que estamos hablando tiene actualmente sesenta y ocho años, y se llama Wojciech Kurtyka.

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