Quizás vivir sea esto
La muerte acechando tras cada paso.
¿Por qué en ocasiones la placa de viento se rompe y en otras veces aguanta?
¿Por qué unos resbalan mortalmente y otros salvan la caída?
¿Es suerte, entrenamiento, destino?
Sentir de cerca el zumbido de la guadaña me permite vivir más intensamente, dándome cuenta de todo lo que poseo
Jorge Egocheaga es alpinista y médico, o médico y alpinista, o tal vez simple y llanamente, y por encima de todo, es una persona; por encima de todas las etiquetas es un ser humano. La montaña y el ayudar a los demás es su pasión, pero la montaña ha sufrido un cambio: del logro deportivo ha ido pasando poco a poco a la vivencia desde la perspectiva de la experiencia humana. El hito atlético es algo que motiva y nos hace poner metas, pero que finalmente es secundario.
Jorge a escrito un libro, y como todo lo que realiza, no es para él, si no para los demás. Aquí nos narra sus experiencias en esas montañas que se han venido en llamar “los catorce ocho miles”. Soy un fracasado, y en la calma de quien ha errado miles de veces y lo continua haciendo, deslizo estas líneas con el propósito de que quizás, solo quizás, puedan servir a alguien.
Quiero dejar constancia de que todo lo que se recaude gracias a la venta del libro será dedicado a la creación de becas de ayuda a la educación para niños sin recursos del valle del Makalu, en Nepal. Es el lugar en el que descansa Joëlle, por lo que las becas llevarán su nombre.
Es casi una biografía, por lo intimo de sus especulaciones vivenciales, no por el lapso de tiempo que abarca el texto. Una semblanza de doce años intensos, en los cuales Jorge ha crecido como persona, ha pasado de ser un joven adulto lleno de ilusión a un veterano escéptico, ha envejecido. Nos describe un balance de todo lo que ha ganado y perdido en la montaña, que es mucho…, como ocurre así mismo en cualquier vida intensa, o en la vida misma de cada día, aunque a veces no seamos conscientes de las tormentas y los sentimientos que constantemente nos envuelven.
¿Cuál es el precio a pagar para poder cumplir tus sueños?
¿Es válido cualquiera, hasta el más alto de la propia vida?
¿Vale un instante por todo un recorrido vital?
¿Hay que arrodillarse ante lo que imponen las sociedades en las que habitas?
Levántate, abre la puerta y escoge tu propio camino.
Un salvaje, un ser sincero, una persona introvertida y austera. Me imagino lo que le habrá costado abrirse a los demás en palabras, pero lo ha conseguido empleando el lenguaje sencillo del corazón, y eso le permite mostrarse tal cual es sin ningún problema en ser sincero y contarnos la verdad, toda su verdad. Cómo vive él la montaña, las situaciones límite, las equivocaciones, los aciertos, los proyectos y las decepciones. Desde los grandes amigos que ha encontrado en el camino, hasta las más bajas pasiones humanas que ha visto en las actuales expediciones a los ocho miles. Él ha sido lo suficientemente tenaz para saber mantenerse al margen, para no ser salpicado por el lado mediocre del ser humano. Mientras, las montañas altas le han dado la oportunidad de exprimirse físicamente compitiendo consigo mismo y traspasando sus limites para entrar en zonas de su interior que no conocía. Aquí hay que sacrificarse en vez de suplicar, sin esperanza de gloria ni recompensa. Si quiero ver milagros deberé hacerlos yo antes, pues solo así encontraré mi destino.
Sufrir y aún así negarse a perder la esperanza. Buscar un sueño absurdo, pero darse cuenta que el camino nos hace encontrar el significado de la existencia, o por lo menos creer que lo vislumbramos. Luchar intensamente por nuestra libertad y la contrapartida de respetar a ultranza la libertad del otro. Una búsqueda que Jorge inicio hacia arriba buscando las más altas cumbres, y que después, curiosamente, no lo ha llevado hacia adentro, sino hacia fuera, casi sin el quererlo, hacia los otros. Nos deja un libro que es una bocanada de aire fresco frente a la montaña mediática de egos que hemos creado. Una vez más vemos, como decía Herzog, que hay otras montañas en la vida de los hombres. Soy muy consciente de que si a lo largo de nuestra existencia hemos sido capaces de cambiar otra vida para bien, la nuestra ya habrá conseguido alcanzar un sentido y dejado una impronta en la eternidad….
Quizás vivir sea esto.
Jordi Corominas